Me puedo quejar porque los arbustos de rosas tienen espinas, o me puedo alegrar porque los arbustos de espinas tienen rosas. Todo depende de como lo veas♥

miércoles, 13 de octubre de 2010

33 milagros

 Este 13 de octubre no es un día memorable sólo porque fueron rescatados los famosos mineros que yacían atrapados 600 mts. bajo tierra en el norte del país, sino que también es un día en que se da a conocer, una vez más, la fuerza que puede tener la nación chilena cuando se une a una causa común, la cual se podría decir que es más fuerte que una bomba atómica, pues ni terremotos ni tsunamis han podido con ella. 

 Treintaitrés almas encerradas en una mina, sin salir a la superficie durante más de dos meses, han podido presenciar lo que es luchar por la vida y darse cuenta de la importancia de ésta, sin tener más guía que la esperanza de volver a ver a sus familias y volver a sus hogares.

 Hay un caso en particular que llama bastante la atención.
Se trata de Raúl Bustos, uno de los mineros atrapados, que ni siquiera era minero, era tan sólo un ingeniero hidráulico que por mala suerte entró a la mina cuando ocurrió el desastre.
Cabe destacar que este hombre, de cuarenta años, vivía en Talcahuano antes de irse a vivir al norte, donde vivió el terremoto y salió terriblemente afectado, para después ser víctima del tsunami que arrasó con su ciudad.
La verdad es que estos eventos tan desastrosos no sé si serán coincidencias o hechos que tenían que pasar, pero lo que sí es certero, es que ocurrieron para que la familia del personaje, y él mismo, aprendieran que la vida te pone obstáculos para que uno se esfuerce, los supere y aprenda de ellos.
Esto no se aplica solamente a Raúl Bustos, sino a todos los hombres valientes que permanecieron en la mina todo este tiempo, luchando contra la resistencia de las entrañas de la tierra.

Al salir de su prisión natural, los mineros pudieron darse cuenta del apoyo que tuvieron por parte de todo el país durante este tiempo, sin el cual su sueño de volver a ver a sus familias no hubiera sido posible.

Por todo esto hay que estar orgulloso de ser parte de Chile, donde cada uno de sus habitantes, entre la Cordillera de Los Andes y el océano Pacífico, entre los desiertos sofocantes del norte y los paisajes húmedos del sur, luchan por sus deseos y se enfrentan a situaciones inimaginables, pero por sobre todo, es un país donde se da a conocer notablemente el prevalecimiento del sentido de unión y de la ayuda hacia los demás.

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